Foto tomado de: Fotografia Novios a contraluz |
Editorial
Imagine Cloud Editions 2016
A la memoria
de aquellos que dejaron un legado musical
imborrable en la historia de la
canción romántica:
Para quienes,
en comunión de sol y luna…
Los años han
ido pasando: la juventud se ha agotado. Pero queda el recuerdo de sus canciones
que nos hicieron felices. He vuelto a oír el susurro de esas canciones
inolvidables. Son recuerdos de tiempos ya idos. Que como las golondrinas cruzan
raudas por el cielo, y nos van dejando sus melodías, y por un momento hemos
vuelto a recordar días felices.
En su libro Castilla, Azorín, dice en una de sus
páginas, en Bécquer: “El espíritu de
Bécquer va en nosotros unido a una vaga y mórbida melancolía, a una triste
canción en que se habla de unas golondrinas que ya no volverán; a la mirada lánguida, larga y melancólica de unos
ojos femeninos a un crespúsculo a unas campanillas azules que han subido hasta
los hierros de un balcón, a unas cartas con la escritura descolorida – y con
una florecita seca entre sus pliegos- que encontramos en el fondo de un cajón…’
“Esta tarde vi llover
vi gente correr y no estabas
tú”
Armando
Manzareno
Parten las
horas
Llueve de grises esperpentos
en la estación a oscuras
parten las horas.
Llueve allí donde los cuerpos
cumplen su límite con el desasosiego
sin que una gota de tedio
desmienta la urgencia
que rubrica a los viajeros.
Llueve la inmovilidad
en los que no partieron
y hoy son un matasello
olvidados fantasmas
bajo el óxido del agua.
Encontramos
tantas cosas bellas en las canciones escogidas por la poetisa, que da más
realce al libro.
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