En este invierno de tres días de frío (Gracias a Dios) y
de unos atardeceres soleados y bellos me
invadió el recuerdo de otro pasado atardecer. No me encontraba en ese entonces
viviendo como ahora en una altura en la que dejando volar mi imaginación me
parece que puedo jugar en las nubes con mis dedos y a la vez sentir que me
acarician y enjuagan mis ojos las olas del mar. En ese tiempo tenia que
caminar cinco cuadras para sentarme en
el muro que divide la acera de Ocean Drive con la arena de la playa de Miami
Beach.
No importa que esté haciendo, dejo todo y me concentro en la
contemplación de un bello atardecer como ahora que el cielo esta formando un
enorme abanico abierto de color rosa. Sin importar que ya este por oscurecer
continúan los coloridos globos en los que pasean los turistas sobre el mar,
comienzan a verse las luces de las lanchas cercanas a la orilla y adentrándose
en mar abierto los fabulosos cruceros que me hacen añorar los viajes en los que
parece que se dejan las penas en el fondo del mar y uno regresa renovado
espiritualmente y agotado físicamente.
Hace tiempo leí algo que hablaba sobre los signos en la risa y el mío
(PISCIS) decía que nos sentamos a contemplar el atardecer y si alguien llega y
nos pregunta que hacemos, contestamos:
¡NADA! El otro insiste y pregunta si no nos aburrimos y respondemos: ¡Si no nos
interrumpen no!
A mi manera de ver no existe mayor violación a la privacidad que
interrumpir a una persona que este ensimismada y preguntarle ¿Qué piensas?.
Esto me lleva al comienzo de este escrito.
Estaba sentada en el
muro ya dicho, completamente navegando en mi mente sin reparar siquiera en la
música que ponían en los restaurantes de la otra acera, me sorprendió el roce
de unos labios en mi mejilla, proveniente de alguien a mi espalda mientras
escuchaba una voz dulcemente provocativa que me decía “Un beso por tus
pensamientos” Era un amigo, el hombre que provocaba suspiros en las mujeres que
lo veían y envidia en mis amigas y a la vez incomprensión pues no entendían que
no hubiera tratado de conquistarlo, ellas deseaban siempre encontrarle un
parecido pero era inútil, no había actor de cine famoso que fuera una copia
digna de mi asediado amigo. Eso me hacia
recordar que quizás en algo se parecía a mi ex-esposo pero al instante
desvanecía esa idea porque el atractivo de aquel lo apocaba su expresión dura y
su voz de mayoral, en cambio aunque no tanto en lo físico si me recordaba al
amor de mi vida, el que quedo mas allá del mar, tenían semejanza en la dulzura
traviesa de su sonrisa y en las pestañas que parecían acariciar cuando miraban
con tanta peculiaridad a pesar de la diferencia del color de los ojos entre
ambos.
Lo miré sonriendo
más acentuadamente que de costumbre como hacia siempre que no deseaba responder
pero él me conocía, siempre me contemplaba como si quisiera estudiarme. Sin
darme cuenta y sin poder decir si fue un
segundo o un minuto, me había quedado analítica contemplando su rostro.
Él se sentó a mi
lado y continuó con su juego seductor diciendo: Dos por los pensamientos de
ahora. Yo volví a sonreír.
Me preguntaba a mi
misma si de no tener mi corazón cerrado yo hubiera podido ser capaz de
conquistarlo seriamente, le había conocido dos novias, cada una a su tiempo y
parecían modelos de pasarelas nada que ver con mi figura caribeña.
Hasta ese momento
jamás me había formulado esa pregunta, lo quería como amigo, aceptaba que
parecía un adonis y me causaba risa la cara de las mujeres al verlo, a veces me
inquietaba su mirada que parecía ir mas allá de mi piel pero nada más. Para
decir la verdad también me angustiaba cuando no podía ocultar alguna ráfaga de
tristeza en sus tan oscuros ojos.
Tomó mi mano como si
fuéramos pareja y con la otra acariciaba muy despacio mi brazo.
-Tenemos mucho y muy
serio que hablar pero no ahora, ahora quiero saber tus pensamientos los de antes y después. Dijo como un niño
encaprichado en algo.
-Un trato es un
trato. Contesté risueña mente coqueta con él por primera vez.
Me contempló muy
serio, empequeñeciendo muchos sus ojos al hacerlo, analizando mi respuesta,
deseando descubrir si como siempre me evadía respondiendo en forma de chiste o
hablaba en serio. Comenzó a reír sin poder evitarlo. Cuando cesó de reír paso
su brazo sobre mis hombros, me acerco a él y dijo de modo raro.
-CUMPLO POR
ADELANTADO.
Él estaba tan feliz
que efectivamente cumplió el trato que él solo había sellado antes de yo
aceptar. Me obsequio un desconcertante y emotivo ramillete de besos.
Yo sacié su
curiosidad sobre mis pensamientos y le
conté... Una mentira. Dos.
No imaginé que
disfrazar unas verdades pudiera dar tanta alegría a una persona, a dos.
Lastima que mi
testarudo corazón continuaba obstinadamente corriendo sobre el mar, buscando la
otra orilla...
Blanca M Segarra.
MIMI
(VERDADERA) ¡Historia vieja!!!
Enero 2017
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