René León
Cambios sociales, económicos y políticos se efectuaron en la tradicional Villa de Trinidad a través de los años, que conllevaron la destrucción de documento históricos y la desaparición de informaciones en casas particulares y museos encargados de conservar la Historia, la Tradición y el Folklore. Por razones desconocidas o por apatía de las autoridades locales de épocas lejanas, el perpetuar y transmitir las informaciones a otras generaciones la historia de la villa antillana.
Trinidad fue una de las primeras villas fundadas por Don Diego Velázquez en la Isla de Cuba. De su historia todavía van quedando escasos documentos que nos relatan los inicios sociales, cívicos, religiosos y mercantiles de esta ciudad colonial, que guardo por años el mismo color, sabor y calor de ciudad polvorienta detenida en el tiempo. Para aquellos que la visitaron pudieron comprobar que el reloj del tiempo detuvo sus manecillas inquietas en las estrechas calles empedradas de piedras de río.
Fue una villa primero y años después ciudad que se negó a progresar arquitectónicamente. Ella se fue recubriendo de viejas fachadas, de grandes salones de altos puntales, y de patios bañados por el sol en donde se podía escuchar el ruido del agua cristalina que iba fluyendo desde las entrañas de la tierra en los aljibes que se levantaban en medio de los patios trinitarios, muy parecidos al estilo de los patios andaluces.
Aquellos que la visitaron quedaban encantados de su paisaje y construcciones del ayer. En una de sus visitas a Trinidad el Dr. Roberto Soto y la Dra. Eliana Onetti (†) comentarían que “nos quedábamos impresionados por su belleza dormida en el pasado”. La desaparecida escritora e historiadora cubana Lydia Cabrera, que pensaba en un futuro retirarse a vivir a la ciudad, pero la revolución comunista cortó sus planes. En su libro Itinerarios del Insomnio Trinidad de Cuba presentado en el “Cuban Women’s Club de Miami, en el 15 de abril de 1977. Ella al finalizar su libro, dice: “Era allí donde pensábamos retirarnos. Trinidad cautiva con un encanto ingenuo y misterioso. Para olvidarla el trinitario ambicioso debía mudarse de su pueblo, tomar contacto con el presente, hacerse lejos de una nueva vida… y aun así no lograba olvidarla.”
Trinidad fue lugar de abastecimiento de las fuerzas de conquistadores españoles, que fueron figuras importantes en la conquista de América. De la villa salieron los abastecimientos que llenaban las bodegas de los bergantines. De allí partió Hernán Cortés a la conquista del imperio Azteca. En el campo científico Humboldt paseo por sus calles. Fray Valdés presidió una procesión de Semana Santa y dejó grandes recuerdos. La villa fue codiciada por bucaneros, piratas e ingleses.
La vida era plácida y amena para los dueños de los ingenios y fincas rurales. Fiestas, banquetes, paseos por los ríos, certámenes de belleza. Pero en realidad al medio social donde se encontraba el esclavo, todo era contrario; crueldad y trato inhumano, era su pan diario. No se le reconocían derechos, ni se le consideraba por sus cualidades, ni por su nombre. Sino que se le cotizaba y valoraba en monedas de oro. Sólo se valoraba sus condiciones físicas y su productividad en su trabajo.
En Trinidad se fraguó una de las primeras conspiraciones separatistas contra la corona de España dirigida por un insigne español Narciso López, de triste final.Al fin los esclavos fueron libres al momento de dar comienzo la guerra contra España. Pelearon junto lo mambises no sólo por ser libres, sino por ver a Cuba libre del yugo español.
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