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sábado, 1 de abril de 2017

La Flor

Foto tomada de: twitter.com
Por René León

Lo había encontrado soló dándole mantenimiento a las dieciseis escopetas de su propiedad. Soló usaba una: la Wínchester calibre 12. Las otras tenían sus dueños transitorios; los que éramos miembros del Club. No era egoísta. Pero ordenado e inflexible en cuanto a la limpieza de los armamentos. Entusiasta. Enamorado. Aventurero. Se crecía ante las dificultades. Poseía un poder de adapta­ción increíble. Podía vivir por meses en una choza sin variar su modo de vivir. O en un palacio disfrutando de su comodidad. Después, lo olvidaba todo. No era guapo ni valiente. Con despreocupación total se enfrentaba ante los más variados acontecimientos o retos que la vida le pudiera presentar. Noble. Dispuesto a favorecer a los más necesitados. En la abundancia: espléndido. Moderado cuando la entrada había mermado. Le gustaba mantener una presencia física agradable, atrayente. Sus zapatos con bri1lo. La ropa impecablemente planchada. Por lo menos trataba de ser perfecto, teniendo, como todos, su Talón de Aquiles: las nimiedades le hacía perder el balance; no le daba importancia al dinero. Extrovertido para los demás; a veces, introvertido para él. No existía para él el tíempo cuando se proponía lograr algo. Persistente. Esperaba. No importaba cuánto. Meses. Años. Logrado su afán, disfrutaba a plenitud de lo obtenido. Buscaba otra meta. Mujeres. Objetos. Diversiones. Amaba la vida. Era incansable. Sociable. Susceptible. Con cierta tendencia a demostrar un carácter fuerte. Amigo desinteresado. Buen padre. Como esposo o compañero, según el decir de algunas personas "e l perfecto amante". Olvidaba los favores que hacía. "Para no tener un enemigo después", decía. Astrológicamente le venía bien cualquier signo que fuera positivo. Desechaba lo que anunciaba desgracia. "La vida es una constante rule­ta rusa, hay que tener valor para enfrentarla y saberla disfrutar sin perjudicar a otros". decía.
  Siempre lo he querido y respetado, pero en esa opor­tunidad quería preguntarle algo, que sin ser confesiones íntimas, si me interesaba por las variadas féminas que pa­saban por su vida privada o de aventura. A pesar de que, tocante a ellas, era reservado y le importaba mucho estar soló y no acompañado, aún por un fraterno amigo o hermano.
-¿De qué mujer has recibido una impresión más fuerte ? No que hayas tenido relación de intimidad con ella, si no que sólo al verla, captaste un corrientazo de sim­patía y atracción muy poco usual .
  Me miró. Continuó en su tarea, y quedó por un tiempo en silencío.
"Escucha", me dijo.

En su adorable juventud había sido la esposa del más alto oficial de la Marina de Guerra. También con su perturbadora belleza , había conquistado el corazón del Primer magistrado de la nación, despertando con su venusia­na hermosura, la pasión enloquecedora, sensual, del viejo aguerrido general independentista.

 Como la vida es corta, muy corta para algunos y larga, bastante estirada para otros, el Jefe de La Marina de guerra  hizo mutis muy joven del escenario picaresco de la existencia "por un mal desconocido en aquella épo­ca" y la encantadora viuda - toda vestida de vaporoso tul negro- hizo más excitantes las apetencias sexuales del primer, primerísimo e imperioso ciudadano de la Isla, con su rostro algo desfigurado por el acné juvenil o por la viruela que deja sus característicos hoyuelos en la piel .
  Viejos lugareños hablaban de ella con emoción sobre cogedora y con su humilde lenguaje acariciaban el nombre de la flor - porque su apelativo correspondía al de una planta compuesta de flores muy hermosas pero sin olor, pero, decían y repetían hasta el cansancio los ancianos, que de la real hembra se desprendía un surtidor de efluvíos de mujer, que hacía delatar las aletas de la nariz y enloquecer la mente de l os machos en utópicas aventuras amorosas, siempre que el afortunado, decían, pudiera acercarse a ese "monstruo"  que Dios hizo que viviera en estos parajes para orgullo y recreación de la vista de los pobrecitos hombres. Se santiguaban y decían: Amén.

Los Jóvenes, desde niños, quedaban alelados oyendo sobre la belleza, hermosura y donaire de la aludida flor, aguardando la oportunidad de vislumbrarla desde lejos cuando, de forma inesperada, incursionaba por la Calle Real, jinete en brioso corcel blanco flanqueada por dos fornidos capataces, desde su extensa hacienda colindante con la finca "Diezmones", donde pastaba ganado brahma y caballos de pura raza árabe, con rumbo hacia la vecina ciudad de Trinidad ...Verla , según decían todos, era llenar, un anhelo que se antojaba de decenios, de mito, leyenda, de fábula, de verdadera y viviente realidad.

Yo, también, con 27 años, fuí picado por el aguijón de ese bichito invisible, pero con existencia, a través de la voz de un amigo.

  Tengo por costumbre venir tres veces al año a Casilda, a pasarme quince día cada vez ...Por Semana Santa para asistir a los festejos religiosos a celebrarse en Trinidad...En el mes de agosto para rendirle tributo a la Patrona del Puerto de Casilda "Santa Elena" y en la Navidad para el disfrute, en el campo y a la vez puerto de mar, de las fiestas pascuales ...Oportunidad que aprovecho para la práctica de la caza y pesca.

El mes de diciembre es una época excelente para salir en pos del pato de "florida" en las incontables lagunas que acordonaban todo el contorno de Trinidad y  Casilda, así como también hacer algunas incursiones en potreros en busca de alguna Codorniz o la paloma silvestre ... En el cayo "Zaza Afuera", en las lomas de "El Escambray" y por la costa, con rumbo al puerto de Cienfuegos, se le daba caza a la Torcaz.
  Como mi amigo Nene, es el mayoral de la finca, con­seguí permiso para cazar en la laguna de "Cayaguazán".
  Las madrugadas invernales casildeñas son un poco frías, con neblina y copioso rocío a causa de la cercanías de las montañas y del mar. No obstante, para el amante de la cinegética, la temperatura o cualquier imponderable es un incentivo, más que un disuasivo. El mayoral nos había advertido que aprovecháramos los primeros tiros porque el pato al levantar vuelo se trasladaba para la laguna la "Yaya". Que en otra oportunidad se tomara la precaución de apostar dos hombres en la mencionada laguna. 
  Prá, prá, prá ... pam, pam, pam...
  Alguna parmíperas galleron abatidas; la mayoría dio un vuelo en círculo a gran altura y se perdieron.  Al unísono con el tiroteo, callaron las ranas toro, los grillos y las cigarras.

 !Buenas perchas! No ha estado mal la cacería, - nos saludó de nuevo Nene, con satisfecha alegría.

  Estábamos en el amplio espacio que ocupaba la enorme casona de la hacienda, fabricada en parte con ladrillos y maderas preciosas de Cuba. Era una mansión señorial; su aspecto exterior daba la impresión de ser acogedora, silenciosa; de ese especial  silencio muy particular de las enormes casonas donde cada paso, movimiento, respiración, conversación, mirada y hasta el amor se lleva a efecto en forma pausada, solemne, en apasionada calma, para rendir tributo al derecho del placer en el altar de la deidad del mudo silencio.
  - Buenos días, señores cazadores. Observo que los acompaño la suerte...

  Cuando le damos el frente a la mujer que nos dirigió el saludo, hubo en mí parte una suspensión del parpadeo, de la respiración. Un maravilloso éxtasis que me envolvió que dando en el limbo ...

  Nene, hizo la presentación de cada uno de nosotros. Ella, con el brazo extendido estrechó la mano a todos.

  -Conozco el tronco de los aquí presente ... Familias antiguas y honradas ... Miró hacia mí.

  De momento me había quedado mudo. Sólo tenía ojos para observar aquel rostro, que a dos varas de distancia y, sin afeites, mostraba toda su brutal belleza y que aquellas pupilas negras, negrísimas, con una picarezca espera deseaba que mi agarrotada garganta me permitiera pronunciar algunas palabras.

  -Perdone, señora, hoy ... hoy, -y no pude decir algo más.

  -A veces el insomnio o los nervios nos hacen una mala pasada ...

  Dijo esto con tal naturalidad, como si en cientos de ocasiones hubiese pasado por el mismo cómico trance.  Su sicología de hermosa y bella mujer comprendía, en el para mí sus desconocidos sentimientos, que el hombre es un sumiso esclavo ente todo lo que represente una beldad, y más, si ésta es una mujer.
-Tengo pendiente algunos quehaceres ... En otra oportunidad compartiremos con más amplitud ... Que disfruten de su pasa tiempo ...Hasta entonces, pues ...

Cuando se alejaba, fue entonces que desperté de mi sopor, y pude comprobar en toda su majestuosa hermosura aquel cuerpo de espaldas, con su pausado y sensual  contoneo, sin ser provocativo, pero tan llamativo en su cimbrear que era muy difícil que los ojos fuesen cerrados por los flexibles y pasmados párpados.

  Las negras y lacias que dejas que daban adormecidas hasta los hombros ligeramente­ adelantados como demostrativo de ser los centinelas de los agudos, pequeños y redondos senos. El traje de amazona que llevaba puesto, aun cuando por su especial estilo era ancho por las caderas y muslos, mostraba la perfecta curvatura de la primera y de lo macizo de los segundos.

  Aunque su piel se adivinaba blanca y rosada, un ligero tinte bronceado hacia resaltar los grandes ojos almendrados, con los pómulos salientes, nariz mediana y perfilada, con unos pequeños labios carnosos y dientes blancos, blanquísimos.

  Todo este enloquecedor con junto se hallaba sembrado en un rostro ovalado, semejante a la forma de una fresa. Se adivinaba una bien proporcionada mezcla de razas:

indo- asiático- hispano, o se me antojaba a mi creer tal, por aquello de que tras miles de años los asiático fueron los primeros en llegar - hombres y mujeres- a nuestras Islas y al Continente, y varias trinitarias eran famosas por estos rasgos y por su belleza, con ligera diferencia en la tonalidad de la piel, pero lindas, como Memecita o Ana (la China). Sin embargo, el todo, la unicidad perfecta de esta asombrosa hembra, con su talla de 5'10", era superior a las dos preciosidades antes mencionadas. El inesperado encuentro con esa flor hizo nacer en mi una trilogía de encuentros antagónicos: admiración, miedo y volverla a ver.
  Volvimos de nuevo hacia la laguna, pero en mi ánimo, no con el brío del amanecer. Comenzamos a poner el punto de mira de las escopetas a una presa bastante fácil: la Gallareta de pico blanco o rojo, o Fulica, su verdadero nombre.

Mi natural, es ser parlachín, pero al regreso a Casilda me mostraba algo reservado. Razón "el encuentro con ese manojo de carne femenina que desquicia"; Dios no era muy pródigo en repartir por el orbe mujeres como ésta, pero, por lo menos, la pude ver de cerca, y queda uno en lo mental y espiritual perturbado para siempre en los encuentros con el amor a primera vista.

Había quedado fascinado por esa voz de modulación algo grave, pero no molesta; y por esas cejas y !Dios mio!, largas, finas, que forman un marco perfecto sobre esos ojazos algo achinados. Queda uno pasmado al ver una mujer tan agraciada. Por eso quedé sin habla. Es como hallarse en una tormenta. Al capricho de los elementos emocionales; de celos y furias , de pasión y odio, de rechazo y entrega. Es un verdadero escollo, de peligro, pero con deseos de aventurarse en él .
  Dije todo esto para mi , de un tirón, como en un confesionario, pero sin disposición a cumplir ninguna penitencia humana, porque Dios al crearlo todo fue para el disfrute de la pareja humana, como los moldes perfectos de excelsa voluntad .
Habia pasado tres años, y aunque fui en varias ocasiones a la hacienda, no tuve encuentro alguno con ella.
Un dia del mes de octubre de 1954, sin poder precisar con exactitud el día, se apareció ella ...Me encontraba con Joseito, el Bizco y Veguita (mi tío Manolo ) . Se bajó de un cabriolé conducido por un cochero que sofrenaba el nervioso caballo alazán árabe. Se cubría con un vestido de tul, de amplio vuelo, sombrilla de igual material, guantes largos de punto, zapatos de finísima piel y ...aquella pamela toda bordada en hilo, hacia resaltar aquel rostro magnifico, casi escaso de cosméticos ...Todo el conjunto era de material blanco,de ese imán blanco que atrapa la mirada. 


El pueblo, en su noveleria, se encontraba parado en la puerta de su casa, observando y comentando no se sabe que... Pero a decir verdad, yo era el mas sorprendido de todos.
Cuando la invité a pasar no quiso tomar asiento. Nos quedamos de pie en la sala, bastante cerca, escrutando la profundidad de nuestras pupilas. Su perfume se colaba por mis fosas nasales haciéndome hervir la sangre y temblar las carnes. Mi corazón latía desenfrenado. Y aquellas pupilas, brillosas, azabachadas, miraban con fijeza y sin parpadear. Quemaban.
En los cuarenta minutos que es tuvimos conversando no se tocó ningún tema que pudiera ser molesto para ella. Por fin, me dio a conocer el motivo de su visita.
-He venido a verlo porque sé está apoyando al señor Cantero, que se postula para Alcalde de Trinidad. Como es mi candidato puede contar con mi ayuda sin reserva.
-Muchas gracias, lo tendré en cuenta y deseo que el éxito corone nuestra campaña ... Espero ser invitado a su hacienda cuando se celebre el triunfo...
  Lo despedida, cordial y amistosa, no prometía nada, pero nuestras miradas se trenzaron en un duelo de ocultas sonrisas.
  Cantero,era un hombre humilde, popular, oposicionista, demócrata, pero no triunfo.
  Como un espejismo, vi desaparecer aquella mujer del horizonte de mi vida.
¿Su edad? Poco Importa. Las hembras con historia que hacen latir apresurado el corazón de los hombres, y siendo bella, bellisima y hermosa como ella, no las roza el papel del almanaque. Son imperecederas en la memoria de los seres humanos de su época y de otras que les agrada comulgar con la leyenda.
Conocí, como muchos, el halo de verdades y mentiras que la rodeo; no acepté ninguna ... Soló me guié por ese instinto natural en el hombre que lo acerca a una mujer para triunfar o fracasar, pero siempre en las redes del amor. . .Y, quizás, como un misterio más, su imagen continúa paseándose en un cabriolé o montada en un brioso corcel por la Calle Real de Casilda con rumbo a Trinidad.

  En el año 1957, buscando unos documentos y revisando algunos periódicos en la Biblioleca Nacional de La Habana, me encontré con un hebdomadario Intitulado la Semana Cómica. En la parte baja de la primera página había una caricatura (no recuerdo el nombre del dibujante) donde aparecía "el Prime Ciudadano con una regadera en la mano vertiento agua sobre una solitaria Dalia.

Después ...después, el comunismo entronizado en nuestra Patria, convirtió a una buena parte de cubanos en los trotamundos del mundo..."




3 comentarios:

  1. Aclaracion:Esta historia que fue de la vida real, esa mujer tan bella, su autor es René León, y era parte del Libro "Recuerdos del Ayer: Trinidad/Casilda" Iba ser parte del libro y se extravió.Recuerdos de juventud mios hasta el año de 1957. Ella existio y murio en el exilio, como moriré yo. Lean el libro que son historias de la vida real. El autor

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  2. Me ha deleitado la lectura de "La Flor" por ser una historia bellísima, de las que dejan huella. Además,también me ha impactado cómo D.René describe a la mujer protagonista de este relato. Descripción esta encomiable por su finura y magnificencia.
    Yo, que he leído el libro "Recuerdos del Ayer: Trinidad/Casilda, puedo decir que cada capítulo cautiva y fascina tanto como la historia de "La Flor".

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  3. Me ha deleitado la lectura de "La Flor" por ser una historia bellísima, de las que dejan huella. Además,también me ha impactado cómo D.René describe a la mujer protagonista de este relato. Descripción esta encomiable por su finura y magnificencia.
    Yo, que he leído el libro "Recuerdos del Ayer: Trinidad/Casilda, puedo decir que cada capítulo cautiva y fascina tanto como la historia de "La Flor".

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