ATRÁS, POR SIEMPRE, QUEDA LA MEMORIA
“El tiempo no
es distancia, sino sentimiento”.
Oswald Spengler
J. A. Albertini
“Atrás… quedaba todo” novela del
periodista, editor y escritor Silvio Mancha, gracias a ediciones Jacán, ha sido
publicada recientemente y presentada el pasado sábado 13 de julio en el marco
de actividades que el Pen-Club de escritores cubanos en el exilio, todos los
meses desarrolla, en West Dade Regional Library, que está
situada en 9445 S; W. 24 St.
Luego de las
palabras iníciales, a cargo del poeta y presidente del Pen-Club, Ángel Cuadra,
la presentación de la obra recayó en el profesor universitario Luis F.
González–Cruz, ensayista, poeta, narrador y dramaturgo, autor de quince libros,
que abarcan los diferentes géneros literarios ya mencionados. Más
recientemente, González-Cruz, ha obtenido éxitos y reconocimientos en el campo
de la novelística.
Como lector
de “Atrás… quedaba todo”, estuve
muy de acuerdo con las palabras de González-Cruz y más tarde, cuando el autor,
Silvio Mancha, contestó preguntas del público asistente, me reafirmé en las
opiniones y conceptos que la lectura de la obra ocasionó en mí.
Primeramente,
nos enfrentamos a un autor que pertenece a una generación de cubanos
desarraigados de la tierra madre por la fuerza y el capricho de un grupo de
aventureros políticos que encabezados por Fidel Castro, ejecutando hechos de
fuerza, se hicieron del poder absoluto en Cuba, para convertir a la
Isla en patrimonio de unos cuantos forajidos y expoliadores de
sentimientos humanos y económicos.
Silvio Mancha
no fue de los que dejó la Patria sin antes luchar contra la tiranía
que hundía y prostituía los valores en los que fue educado y en los que
firmemente creía y sigue creyendo. Defendiendo sus derechos se opone al
régimen, siendo víctima de represalias educacionales, políticas y económicas,
que lo llevan al enfrentamiento frontal. Sufre persecución y detenciones, incluyendo
dos años en los campos de concentración que el castrismo, para encubrir el
propósito verdadero, llamó Unidades Militares de Ayuda a la
Producción (UMAP).
Y ahora, en el
presente, en el Exilio, a muchos años de la partida forzosa y no deseada,
Silvio Mancha comparte con nosotros esta obra, no tan de ficción, que es un
poco la historia memoriosa de todo exiliado político.
A través de
nueve diferentes relatos y un epílogo, que se anclan en el pueblo balneario de
San Miguel de los Baños, provincia de Matanzas, comienzan a destilarse los
recuerdos de un niño hasta llegar a la edad adulta y a la partida, como
manifesté anteriormente, no deseada.
Aurora, joven
de unos 20 años de edad, es involuntariamente quien le confiere al libro el
calificativo de novela, pues a todo lo largo de los relatos ella, de una u otra
forma, emerge para, primero con su opulencia femenina y más tarde con su
decadencia física, simbolizar lo que un día pudo ser un sueño realizable, pero
que concluyó siendo víctima del contaminante deterioro castrista.
En el capítulo
titulado “El mundo de Pedrosa”, una
reflexión del narrador, a pesar de estar confinado en una prisión, abre la
brecha de la esperanza a un futuro de justicia: “El cautiverio también tiende
a hacer de nosotros pensadores, aunque sea de campanarios”.
Sitios
emblemáticos del pueblo, como la loma del Jacán, el campo de Mirasoles y el
tonto Jake, con sus respuestas no tan desacertadas, hacen de este libro una
lectura que toca las fibras humanas de cualquier exiliado, al margen de idioma
o país. Silvio Mancha, en buena medida gracias a su oficio de periodista (más
de 20 años de ejercicio), en un estilo directo, conciso y carente de
calificativos excesivos, nos transporta a lo que fue normal y fluido hasta que
la imposición de la fuerza irracional conspiró para que todo dejara de
ser cronológicamente armónico, al introducir la realidad ominosa de la muerte.
La muerte siempre presente con su carga de coacción anticipada e injusticia.
Sobre el titulo
de la novela, de una manera fraternal discrepo del autor, pues “Atrás… quedaba todo”, no
dejó atrás la memoria, la memoria que hoy salta de las páginas de este libro
para decirnos que el recuerdo está presente. Y existen recuerdos que, por haber
sido realizados en su totalidad, son recuerdos gratos.
Pero otros,
como los que brotan de la pluma de Silvio Mancha, son recuerdos de amor, y
nostalgia herida. Esa nostalgia que produce el desarraigo, la partida brusca y
nunca deseada. Por lo tanto, en mi modesta opinión, en el caso especifico de
nosotros los cubanos, atrás quedó mucho, pero nunca la memoria. Esa memoria que
tal vez fue la que hizo que el ya fallecido escritor croata C. Virgil Gheorghiu
escribiera: “Un exiliado es un hombre que vive a flor de piel; como si alguien lo
hubiese desollado en vida”.
NOTA: “ATRÁS…QUEDABA TODO” PUEDE SER
ADQUIRIDO POR INTERNET EN LOS SIGUIENTES SITIOS: www.amazon.com, www.amazon.co.uk, www.tower.com y también
directamente del autor –con dedicatoria autógrafa incluida- a través del correo
electrónico (e-mail) em3news@hotmail.com . Finalmente, puede hacerse
el pedido de la obra por correo postal a través de carta dirigida a Silvio
Mancha, P.O. Box 65-0833, Miami-Dade, FL 33265.
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