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jueves, 15 de noviembre de 2018

El Napoleón de las Guerrillas General Máximo Gómez


Foto tomada de: Trabajadores

Comentario de René León

  El ex presidente de la Republica Dominicana Juan Bosch en el año de 1986 escribió un pequeño libro sobre el general dominicano que peleo en la guerra de independencia de Cuba, Máximo Gómez, con el título de El Napoleón de las Guerrillas.
  En el número 8 del periódico Cuba Libre que se publicaba en Buenos Aires, capital de la República Argentina, bajo la dirección de J. B. Govin, estuvo dedicado al Jefe del Ejército Libertador cubano, el mayor general Máximo Gómez, a quien el London News, llamaba “el Napoleón de las guerrillas”.
  Juan Bosch hace una comparación entre Napoleón Bonaparte y Máximo Gómez, y dice: “Napoleón estaba considerado como el más extraordinario organizador y jefe de ejércitos de todos los tiempos y los ingleses no eran dados a exagerar; y además, a pesar de que fue el dios de las batallas, Napoleón terminó su vida militar con la derrota que sufrió en Waterloo, de manera que no se llevó a la tumba el laurel de general invicto, palabra que significa el  que nunca fue vencido, y Máximo Gómez, en cambio, convirtió en victorias todos sus hechos de armas, desde la primera carga al machete dada en Cuba bajo su mando en Tienda (o Venta) del Pino el 4 de noviembre de 1868 hasta de la Demajagua –llamada por los españoles de Las Casitas-, cumplida el 15 de marzo de 1898, que fue el último encuentro de la increíble campaña de La Reforma; de manera que al volver la mirada hacia atrás, a lo largo de más de treinta años, el general en jefe del Ejército Libertador cubano no podía recordar una sola derrota en su historia de soldado…El título de “Napoleón de las guerrillas” no le quedaba grande, pues, al jefe de los mambises de Cuba”.
  En la Revista Militar de Bélgica de 1896, decía sobre la guerra en Cuba. Bosch toma este párrafo sobre la guerra en Cuba: “El general domínico-cubano, en su marcha triunfal del Oriente al Centro, y de allí a Occidente, ha trastornado de manera absolutamente radical y completa el orden natural de la guerra moderna”.
  Bosch toma otra referencia de un general europeo aparecida en una de las publicaciones de Europa: “Anoche decía un viejo general en presencia de un mapa de Cuba: Lo que ese general cubano ha realizado con su ejército es tanto más original porque emplea todas las maniobras que desarrollaría un ejército bien disciplinado, pero con más buena suerte y táctica que lo harían los mejores generales europeos”.
  La campaña de la Tea que inicio Gómez contra las propiedades de los latifundistas y propietarios españoles y cubanos que colaboraban con España. Como Gómez decía: “Combatir a España “todas las manifestaciones de su poder”, “en su comercio, en sus industrias” .España tenía que sufragar los gastos de la guerra en Cuba, pero esta vez sin industrias y comercios que aportaran ingresos a su economía maltrecha. La política dio el resultado que él esperaba. Pero como son todas estas medidas fue criticado por los cubanos que estaban involucrados en la revolución pero que odiaban a Gómez, y le hacían una campaña de critica Trataban por todos los medios de guitarle poder en los asuntos de la guerra.
  En una de sus partes en el libro, Bosch hace mención del Diario de Campaña de Gómez.” Máximo Gómez había hablado en esa forma a un grupo de franceses, ingleses, alemanes y norteamericanos, dueños de fincas de café, que se habían reunido con él el 3 de agosto de 1896 para protestar por la orden de destruir los cafetales, liquidar toda la actividad comerciar y paralizar toda clase de trabajo en la región oriental productora de café, para protestar, en fin, de que a ello se les sometiera al mismo régimen a que habían sido sometidas Las Villas y Camagüey cuando el general en jefe del Ejército Libertador retornó a Oriente después de haber paseado por Las Villas, Matanzas y La Habana la tea incendiaria que dejó convertidos en cenizas los cañaverales y los ingenios, las estaciones de ferrocarril y los cuarteles, las fincas de ganado y numerosos caseríos”.
  En el Diario de Campaña, cuenta Benigno Souza, ayudante de Gómez: “de pie en el gran secadero de café de aquella finca” el general Gómez, lleno de ira, después de explicar que él tenía que “combatir a España en todas las manifestaciones de su poder, y la combato en sus ejércitos, en su comercio, en sus industrias”, agregó:
  “Y no vale alegar que son ustedes ciudadanos extranjeros, franceses o norteamericanos, porque para nosotros, ¡óiganlo bien!, no hay más que ciudadanos cubanos, y más cuando carecemos de esa ciudadanía ante las naciones de ustedes…Cuando ellas nos reconozcan, cuando llenen ese deber, podrán exigirnos derechos”…

 El general Máximo Gómez tenía lo que todo hombre debe tener Grandes Bola. Más claro “Cojones.

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